miércoles, 24 de mayo de 2017
 
Y fue en un festival de rock...
  


HOSTIAS YA


(Por Lucy Sombra)
 
Y entonces me dice A mi hermana la violaron hace un par de semanas en el Viña Rock. Alguien le puso algo en la bebida y se la llevó a una tienda de campaña. La violó y se fue.
 
No sabe quién fue. Las pruebas de ADN no coinciden con nadie que esté en la base de datos de la policía. No tiene antecedentes. No está fichado. Así que hay un Mierda más por ahí suelto, un Mierda anónimo paseando su patriarcado impunemente, un Mierda anónimo más que va vertiendo sin permiso su semen no bienvenido, no deseado, no pedido, no disfrutado.
  
Y fue en un festival de rock, ojo señoras y señoros, que no sonaba reggaetón de ese que os da tanto asco y que cosifica a la mujer y la degrada y la humilla y es repugnante porque es todo muy machista y muy bajuno y muy vulgar (cansadita por no decir hasta el coño estoy de este tema ya). No, el violador tenía buen gusto musical, sería un guay, un hipster o un roquero o un alternativo de esos a los que le gusta la música digna, la música wachi, la música que a nadie le avergüenza decir que escucha.
 
Y todo esto me trae a la memoria eso del perfil de la mujer maltratada que en las cajas de cada unx se pensaba que era la típica ama de casa, no leída, no instruida, de esa generación o esa franja de edad que no sabía mucho, la pobretica... Y resulta que no, que ese perfil es falso, que el maltrato no conoce titulitis ni estrato social ni económico y que los Mierdas también pueden ser abogados, ingenieros, profesores y no sólo camioneros o albañiles. Lo que son las cajas, eh? Qué curioso. Lo que son los prejuicios. Qué cosas.
 
Y me viene también este sábado en la Sala Revólver, en la sala mítica, en la sala de la música chulapirula, en la sala de la gente de nivel musical, en esa sala me tocaron el culo el sábado con distorsión de guitarra de calidad fondo.
 
Y me viene también eso de Joder, Lucía, qué exagerada, qué radical eres, joder con el feminismo, Lucía, que no es para tanto, que tampoco hay que ponerse así, que eres ya agresiva, que no te pongas histérica, que no es para tanto... Y se me ocurre que no soy lo suficientemente agresiva, ni violenta, ni radical y que voy a empezar a serlo. Porque es todo muy desagradable, hostias ya. Andar por la calle, salir de fiesta, ir a un festival, vestirse, bailar, pintarse. Es asqueroso la cantidad de tías que tengo a mi alrededor jodidas con sus respectivos Mierdas, con estructuras tóxicas, tragando y justificando y enganchadas a un Mierda; es terrible que te hagan sentir moñigo, que te vean moñigo, que te traten moñigo, y sentirte moñigo, verte moñigo, creerte moñigo. Es un fracaso, y es nuestro también.
 
Aquí hace falta hablar más, visibilizar más, desaprender más, deconstruir más, apoyarnos más, cuidarnos más. Nos iría a todas mucho mejor si fuesemos un poco más poligoneras, más reggaetoneras, más vulgares, más chabacanas. Más Y tú de qué vas. Más Pero tú quién coño te has creído que eres. Más Vengaaaaaaahastaluego. Nos iría mucho mejor que siendo pacientes, siendo comprensivas, siendo complacientes, siendo dependientes.
 
Con los Mierdas, lo único que cabe hacer es tirar de la cadena.

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