Entrevista a la autora de Suicida (no profesional) busca puente, la Doctora Glass /Loola Pérez. (noviembre 2017)


Foto de Loola Pérez, realizada por Miguel Sotomayor
Hablo con la Doctora Glas sobre su primogénita Suicida (no profesional) busca puente, y aprovecho para hablar de cuestiones que aparecen en la novela y atañen al feminismo, o mejor dicho, a los feminismos. Porque quedar con Loola Pérez y no hablar de feminismo es pecado y te manda derechita al infierno.

Lucy Sombra



Asistí a la presentación de tu novela en Murcia y recuerdo que dijiste que S.N.P. era lo más cerca que ibas a estar de la maternidad… ¿Cómo fue el parto y en qué te gustaría que se convirtiera S.N.P. cuando sea mayor?


Jajajaja…Fue un parto con complicaciones. Pero por suerte me acompañaron buenas amigas y profesionales que lo hicieron todo un poquito más fácil, que me quitaron ciertos miedos sobre todo por determinados aspectos que configuran la novela: retazos autobiográficos, sexualidad femenina, suicidio… Quiero que S.N.P. crezca como un personaje independiente, espero que las personas que lean la novela sean capaces de ver no sus dramas como caprichos sino capítulos donde se respira humanidad, la honestidad de una mujer que cuenta cómo conscientemente se destruye para liberarse. También quiero que el amor no le duela, que pueda encontrar aquel tipo de relación que la hace feliz, dado que los parámetros normativos de relación (monogamia) no la satisfacen ni conmueven.


Si nos fijamos en cómo la mirada masculina ha retratado tradicionalmente a la mujer y su imagen en campos artísticos como la literatura, la música o la pintura, parece claro que la mujer lánguida, pasiva, relegada muchas veces al binomio domesticidad/hijxs o absorta en el cuidado de su belleza es la que más erecciones provoca al Heteropatriarcado. Sin embargo, tu protagonista se respira combativa; ¿cómo explicas el cortocircuito “fuerte pero suicida”?

S.N.P. ha tomado la decisión consciente de suicidarse, ¿por qué debemos compadecernos de ella? ¿Porque es joven y quiere morir? ¿Porque es mujer y está herida? ¿Porque parece que es una enferma mental? ¿Porque recurre al sexo como espiral autodestructiva? ¿Porque tiene una relación tóxica? Ella cuestiona todo este tipo de juicios. No quiere que la mirada de la otredad presuponga intenciones que no tiene, se reapropie de su historia. Por ello creo que era importante escribir en primera persona, darle esa entidad. Ella juega a menudo con la percepción del lector. Está jodida, pero no es idiota. Ha sufrido, pero prescinde de la etiqueta de víctima. En ella reside una mujer fuerte que toma una decisión que cree correcta, oportuna y fiel a sus valores, a sus sentimientos. Cuando lees la novela hay momentos que quieres salvarla, otros que la odias, otros que deseas advertirla… Pero ella no pide permiso, no desea escuchar la opinión del lector. Solo observa cómo éste contempla el morbo de su debacle, de sus últimos momentos.


Y ahondando en la idea del suicidio, ¿podríamos, desde un punto de vista feminista, hacer del suicidio una lectura ultra radical del famoso “Mi cuerpo es mío”?


Sí, por supuesto. Pero también puede leerse, en el caso de la novela, como un guiño hacia la eutanasia. Parece que contemplamos la eutanasia solo en enfermedades físicas o terminales, pero en lo que respecta al trastorno mental se ve generalmente el suicido como causa de éste y no como algo ajeno al trastorno, como si no pudiera existir la voluntariedad de la persona más allá de lo que sufre.


Tu obra está plagada de un lenguaje sexual muy explícito y la voz de la protagonista en el relato de su propia sexualidad tiene una fuerte presencia en tu novela. Hay muchas personas que son de la opinión de que para transgredir o empoderarse no es necesario ser soez, ¿qué dirías tú a esto?

Creo que estoy de acuerdo con ellas. Para trasgredir no es necesario ser soez, pero tampoco es obligatorio abandonar la vulgaridad. Lo políticamente correcto empieza a aburrir hasta a las piedras. Existen muchas formas de transmitir lo que se conoce como transgresión… Yo opto por hacerlo a través de la sexualidad explícita, sin paliativos, con flujo, con olores, con marcas. Para mí eso no es soez, aunque puedo entender que para algunas personas lo sea. En mi caso creo que es una forma de expresión más honesta, más auténtica. No busco que mi novela sea un cuento Disney con sexo suave. Para eso ya existen las novelas rosas o Pretty Woman. La historia de S.N.P. retrata otro modelo de mujer, la que se libera de los estereotipos de la feminidad, la que se traga todo aquello que la sociedad espera de ella por tener un coño. Juega a ser mujer, pero sobre todo sabe interpretarse a sí misma.


Placer y dolor se trenzan peligrosamente en S.N.P. En algunas partes haces referencia a la asfixia, al estrangulamiento, a actitudes sexuales pasivas o incluso a ser esclava de un hombre. La consigna feminista sesentera de “Lo personal es político”, ¿nos debería hacer saltar alguna alarma respecto a cómo algunas mujeres viven su sexualidad?

Creo que el BDSM es una preferencia sexual que muchas mujeres eligen desde el conocimiento y el consentimiento. Cualquier tipo de práctica sexual debe ser consciente, informada y consensuada. A S.N.P. le gusta lo que hace sexualmente, ¿cuál es el problema? El juego comienza y acaba en su cama. ¿Quiénes somos las demás personas para juzgarla por aquello que la hace feliz y que no daña a nadie? La vida sexual de la protagonista es mucho más estable que su vida emocional… Sus contradicciones no están supeditadas al sexo, sino a las emociones y sentimientos que atraviesan las relaciones con el resto de personajes. Las alarmas deben saltar cuando hay abuso, cuando te sientes presionada por la otra persona a hacer algo que verdaderamente no quieres o cuando alguien ajeno se permite el hecho de juzgarte por lo que haces con tu cuerpo.


En la formación feminista nada sobra y hasta las posturas enfrentadas enriquecen el debate ayudando a que sea posible replantearse postulados, revisar y cuestionar dogmas; en definitiva avanzar, ese verbo tan necesario. ¿Qué crees que aporta S.N.P. como contrapunto al feminismo hegemónico?


Bueno… es un personaje de clara inspiración feminista, pero también considero que no constituye una teoría o un decálogo sobre ciertas cuestiones. Al fin y al cabo, es una novela, no un manifiesto sobre el feminismo. Pero como dices, pueden identificarse algunas propuestas alternativas a lo que ahora mismo confiere el feminismo hegemónico o dominante. S.N.P. entiende su sexualidad como un capítulo importante de su vida y lo hace bajo la vivencia del placer y del peligro: hay goce y perversión en la novela, pero también se relatan momentos muy desgarradores relativos a la violencia sexual o a la maternidad. Es importante conciliar ambos aspectos: tanto el mi cuerpo es un campo de batalla como el mi cuerpo es una fiesta. En este momento asistimos a la insistencia del primer mensaje y nos estamos olvidando de reivindicar nuestro placer, nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y las posibilidades de la misma más allá de lo normativo.


La Doctora Glas hace una nueva presentación de su novela en Sevilla el sábado 11 de noviembre en Lanónima a las 20h en el Ateneo Cultural. Si estás por Sevilla, no te la puedes perder.




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